Quienes estamos en el negocio de la tecnología, o tenemos alguna relación con la logística (o mejor aún si tenemos relación con ambos mundos), deberíamos sentirnos afortunados por transitar nuestra vida profesional en “este momento” de la tecnología y de la logística. Sólo las mentes más imaginativas de otras épocas han podido, apenas con una mínima aproximación, vislumbrar el abanico de tecnologías que en los últimos (pocos) años, han aparecido y se han vuelto populares. Muchas de las nuevas (y no tan nuevas) tecnologías que hoy consumimos con tanta naturalidad, encuentran su punto máximo de aprovechamiento en el mundo de la logística, donde todo debe ser móvil, trazable, rastreable, a demanda y con recursos optimizados al extremo.
Para empezar: TMS.
¿Qué es un TMS? Googleando: “un TMS (transportation management system, por sus siglas en inglés) es un aplicación desarrollada para el manejo de la operación de transporte primario de carga en distancias interurbanas, en modalidades que pueden ser: camión completo, carga consolidada, paquetería, carga aérea, ferrocarril y marítimo. En el caso del transporte, hay que definir qué transportista hará el servicio, quién ofrece la mejor tarifa, cuál es la mezcla de productos para optimizar la carga y cómo utilizar de manera adecuada los recursos. En general lo que un TMS hace es considerar esas variables y otras más para hacer una planeación del transporte más conveniente. En algunos casos obtener el precio más bajo no es la prioridad, aunque para la mayoría es un punto muy importante. Algunas funciones generales del TMS: Planear y optimizar el transporte, Seleccionar al proveedor para el tipo de transporte o equipo adecuado, El Manejo de transporte terrestre, aéreo, marítimo y ferrocarril, el Rastreo de embarques en tiempo real (con la ayuda de otras aplicaciones), la Optimización de carga de acuerdo con la ruta y capacidad del equipo, la Simulación de costo y tiempo de embarques, la Validación de facturas, etc”.
Pero el estado actual de las tecnologías, y la necesidad hoy de llegar al mercado lo más rápido y mejor posible en un contexto de costos de transporte terrestre altos, nos obliga a repensar la necesidad del TMS para convertirla en la necesidad de una “plataforma”, donde un TMS es necesario, pero no suficiente.
Nuevas tecnologías (y no tan nuevas) en una plataforma única.
Imaginemos un camión acercándose a un centro de distribución. Mediante su GPS la plataforma “sabe” que está arribando, lo que permite asignarle una carga de manera anticipada. Esa carga, que es un conjunto de pedidos, son enviados a preparar en ese momento al almacén, quién le asigna un dock de carga. El transporte recibe, en su teléfono móvil, la información de la carga que le fue asignada, y a qué dock de carga debe dirigirse. Un tag de RFID aplicado al parabrisas del camión, junto con lectores de RFID posicionados en puntos clave del predio, automatizan y controlan la circulación del vehículo, mientras se avisa al cliente final, mediante alguna red social, que su pedido ha sido preparado y qué vehículo y chofer realizarán la entrega.n la entrega. realizararlos desdto de calidad bien medible.upone ogo cultural que significa e logado final pobre.epensarlos desd Los colaboradores que trabajan en el almacén, por otro lado, realizaron la preparación de los pedidos utilizando ambas manos libres mediante el uso de tecnologías de reconocimiento de voz o recibiendo las órdenes de preparación en sus ….. ¡¡anteojos de realidad aumentada!!.
Mientras el camión está en tránsito, mediante una aplicación de Smartphone o Tablet, el chofer o su acompañante van informando el resultado de las entregas (incluso utilizando reconocimiento de voz), el recorrido realizado a través de su GPS, incidencias del recorrido, devoluciones recibidas…. Y también podrán recibir información provenientes de la plataforma: modificaciones al recorrido, estado del tránsito o realizar una comunicación directa entre mesa de tráfico y chofer.
Claves a tener en cuenta para no fallar.
Pero como no todo es magia, la implementación de tecnología en procesos de transporte requiere conocer (o reconocer) las fortalezas y debilidades de nuestros procesos, y repensarlos desde otra perspectiva: dejarnos ayudar con la tecnología requiere reorientar los equipos hacia procesos más simples, claros y medibles.
La implementación de este tipo de soluciones necesita del aporte de tres componentes: las personas, los procesos y la tecnología. No alcanza con un software excelente mal implementado (y no hay implementación excelente sin el equipo de gente focalizado y sin procesos lo suficientemente “limpios”). Haciendo una analogía con un equipo de sonido, donde el software es el “reproductor de música” y los procesos son “los parlantes”, un excelente reproductor de alta fidelidad conectado a parlantes de baja calidad, logra un resultado final de calidad pobre. Es por ello que en un proyecto de implementación de este tipo de tecnologías, cobra una importancia fundamental repensar los procesos para simplificarlos, optimizarlos y enriquecerlos con lo que la tecnología nos brinda. Y más importante aún, acompañar al equipo de gente en el cambio cultural que supone implementar una solución de logística, para que se transforme en un salto de calidad del que todos forman parte.
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